jueves, 17 de marzo de 2011

La chica de Tirso

Vuelan palabras, lentas, vuelan como un huracán. Hacen manitas bajo la ciudad. Sigue soplando, cerca, sigue, ya descansarás. Voy tirandito, necesito gas.
Bajo a todos los sitios a romper. Nunca te he pedido más que cuando te enganches con aquel me guardes un sorbito.
Dicen las malas lenguas "hablas sola y comes mal". Todos echan monedas, pero nadie se las lleva, y la seda se convierte en un papel de fumar que se vuela, y nada más.
Días largos, besos guarros... Se funden sin control. Aeropuertos, vicios caros... Son los restos del naufragio.

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